Skip to content

República

Así, en el entramado de esa conversación, se da cita todo el imaginario de la Grecia clásica, con sus certidumbres y sus desgarra­mientos, que en buena medida no dejan de ser los nuestros. Si esta obra se cuenta por derecho propio entre las fundadoras de nuestra tradición cultural, es porque plasma de manera radical el desafío de dar cuenta de la trama en que está inserto el hombre, en su dimensión social e individual. Los males que aquejan a las ciudades (póleis) son hermanados con los que aquejan a cada hombre, y se explican por su sujeción a lo mudable y caótico. La apuesta de Platón es, en consecuencia, plantar mojones que permitan entender la lógica de lo cambiante a través de la captación de los parámetros estables que lo rigen. Por esta vía, que no es otra cosa que el ejercicio de la filosofía, se abre la posibilidad de asumir una posición activa y propender a cambios que alumbren a hombres plenos en sociedades justas e igualitarias.