La cultura del Renacimiento en Italia, del eminente historiador suizo Jacob Burckhardt, tiene renombre de obra clásica. Cuando apareció en 1860, resultó revolucionaria: nunca se había intentado, en tan gran escala, una descripción tan completa de una época todavía reciente de la civilización, prescindiendo de la narración histórica desarrollada cronológicamente.
La cultura del Renacimiento en Italia, del eminente historiador suizo Jacob Burckhardt, tiene renombre de obra clásica. Cuando apareció en 1860, resultó revolucionaria: nunca se había intentado, en tan gran escala, una descripción tan completa de una época todavía reciente de la civilización, prescindiendo de la narración histórica desarrollada cronológicamente. La obra estaba construida con enorme acopio de datos y de lecturas, pero lo que le dio carácter eminente fue la intuición del autor, que supo elegir y destacar los caracteres esenciales de aquella época que es el punto de partida de lo que llamamos civilización moderna. Investigaciones posteriores a las de Burckhardt han ampliado nuestros conocimientos pormenorizados sobre el Renacimiento italiano, y sobre el tema se han escrito muchos trabajos de gran extensión, pero no es posible superar la visión profunda de este autor.
Burckhardt describe y caracteriza, con imaginación vivaz y con penetración realmente filosófica, la vida política de la Italia del cuatrocientos, con sus extrañas contradicciones, la religión, la moral, la vida privada, las actividades económicas, las fiestas y los dos grandes hechos centrales de aquella cultura: el extraordinario florecimiento de las artes plásticas y las letras, y el humanismo filosófico y literario apoyado en el conocimiento de la antigüedad clásica.
Esta obra maestra resultará de lectura deleitosa y de consulta obligatoria para toda persona culta. La versión se debe al experimentado traductor Ramón de la Serna y Espina. Tuvieron a su cuidado la edición José Antonio Oría y Pedro Henríquez Ureña, catedráticos de las universidades de Buenos Aires y de La Plata. Va ilustrada con cuarenta y dos láminas elegidas, a página entera, un mapamundi y un panorama de Florencia.
