Leído y discutido, elogiado y vituperado, amado y odiado, El príncipe constituye la más límpida expresión del pensamiento político que jamás se haya formulado. Aquí todo es “político”, toda otra consideración moral se deja aparte; el “deber ser”, el anhelo a una vida más alta, cede el lugar al “ser”: el análisis de la realidad como es, sin inquietudes de reforma.
Introducción, traducción y notas de Roberto Raschella
En la obra, el sentir político es tan fuerte y directo, que no deja lugar a ningún otro interés, como no sea el del Estado, que, a su vez, se identifica con la persona del príncipe. El interés del Estado, entonces, se confunde con el de su ejecutivo. El príncipe es, también, desde el punto de vista literario, una obra maestra; una de las grandes obras de la prosa italiana.
Nicolás Maquiavelo (1469-1527) escribió El príncipe entre julio y diciembre de 1513. La obra se publicó póstuma: su primera edición es de 1532, en Roma. Pronto traducida a las principales lenguas y difundida por toda Europa, obtuvo una popularidad inmensa.