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Contra Hermógenes

La obra de Tertuliano debe ser comprendida en el ámbito de las encendidas polémicas que sostuvo con sus adversarios. Nacido en Cartago hacia el 155, se convirtió al cristianismo entre los años 190-195. Su pensamiento cristiano se inspira en la teología asiática que recibe a través de Ireneo de Lyon. Fue un erudito en literatura latina, con escasa formación filosófica y, a la vez, lector de algunas obras de la apocalíptica judía que circulaban en la atmósfera intelectual de la época. Si bien no fue el creador del latín cristiano, se constituyó en uno de sus testigos privilegiados precediendo a Mario Victorino y a San Agustín. También se lo reconoce como el primero en configurar la conciencia teológica cristiana del Occidente latino. En un principio reacio a la filosofía, se trata de uno de los escritores que más cita a los filósofos para sus diatribas contra aquellos a los que identifica como enemigos de la regula fidei, a punto tal que adopta el estilo de los cínicos y los estoicos en sus argumentaciones.

En su tratado contra Hermógenes, escrito hacia el 205 o 206, durante su período católico, Tertuliano se erige en defensor de la creatio ex nihilo frente a las creencias medioplatónicas que postulan la eternidad de la materia. Por ende, la obra aquí presentada bien puede considerarse un capítulo fundamental en la historia de la metafísica de la creación.