Contiene: Baco, Los novios de la torre Eiffel y Los caballeros de la Mesa Redonda
Es en la escena donde Jean Cocteau, hombre de candilejas (que había contraído desde la infancia la “enfermedad rojo y oro”), da la máxima medida de su destreza y de su valía.
En Baco, a semejanza de Sartre en El diablo y Dios, Cocteau mezcla audazmente lo religioso y lo patético. Fue estrenada en 1951 por la compañía Madeleine Renaud─Jean-Louis Barrault.
“Por su franqueza, Los novios de la torre Eiffel engañan más que una obra esotérica. El misterio inspira al público una especie de temor. Aquí, yo renuncio al misterio. Lo ilumino todo, lo subrayo todo”, así opinó Cocteau de su pieza, su primera salida teatral (1921), respaldada en un entonces nuevo grupo de músicos jóvenes, los Seis, entre ellos Auric, Poulenc, Milhaud, Honegger…
En Los caballeros de la Mesa Redonda (1937), aplicó su talento al rejuvenecimiento de antiguas leyendas. El vestuario le fue confiado por Cocteau a Coco Chanel, “porque una época es aguda únicamente por sus modas y solo una mujer inventora de la moda puede reunir las fuerzas leves de la actualidad elegante y de la inactualidad mitológica”.
