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Aires de buenos tangos

Una susceptibilidad repetida vincula a los fotógrafos con quienes sospechan ser sorprendidos en su intimidad por el disparo de una cámara traidora. Se subestima, entonces, una evidencia: el fotógrafo también desnuda su intimidad, sus anhelos, a veces su poesía.

Quien conozca a Eduardo Longoni ni temerá ni será traicionado. Aún más: descubrirá elementos que había omitido o ignorado.

Sus ensayos sobre Ernesto Sabato y Mario Benedetti son minuciosos diálogos entre retratado y retratador.

El deseo de generar imágenes apoyadas en la literatura del tango —y en su música, desde ya— indica que Longoni disfruta de su presencia en Buenos Aires y percibe sin caprichos imágenes que se ofrecen a todos los habitantes de la ciudad. Pero solo algún artista es capaz de detenerlas para que disfruten todos: los indiferentes, los solidarios y los susceptibles.

 

Hermenegildo Sábat