La injusta condena a muerte del protestante Jean Calas, debida al fanatismo religioso de unos jueces, dio origen a este vehemente escrito. Después de exponer el caso Calas y de ilustrar las ventajas de la tolerancia religiosa, Voltaire afirma que la intolerancia, no siendo de derecho divino ni de derecho natural, no puede tampoco ser de derecho humano.
Traducción de Ricardo Zelarayán
Prólogo André Maurois
Traducción del prólogo de Luis Echávarri
El origen de la intolerancia no tiene nada de noble: es lo peor que se puede encontrar en la sociedad, esto es el fanatismo. En cambio la tolerancia –concluye el ilustre escritor y pensador–, hija de la razón, es una exigencia suprema de la civilización y de la sociedad.
Voltaire nació y murió en París (1694-1778). En 1763 escribió el Tratado de la tolerancia, título fundamental para la valoración y el conocimiento de su ideario, que, con su nerviosa brevedad, su apasionada elocuencia, la incomparable elegancia de su polémica, unida al más agudo vigor, sigue siendo una obra ejemplar. Abre nuestra edición un esclarecedor prólogo de André Maurois.