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Retrato del artista adolescente

Las escenas se conectan no por secuencia temporal sino por asociaciones sensoriales o elementales. El niño va tratando de captar las diferencias entre su padre y su madre, entre su familia y otra, entre sí mismo y los demás, a través del lenguaje. Conversaciones y discusiones entre mayores lo introducen en la política. En el segundo capítulo, la pubertad; junto con los intentos de intelectualizar las propias experiencias, surgen los impulsos sexuales incontrolables. Sigue, en el capítulo tercero, una retracción  hacia el mundo interior en la forma del retiro religioso. En el cuarto, se acaba la breve devoción y se descubren el llamado de la vida y la vocación artística. En el quinto, el más largo, el alma, ya desarrollada, elabora el camino que se le abre ante el arte, la necesidad de aislamiento figurado en el exilio, una forma de vuelo.