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Pluto

El campesino Crémilo pretende corregir la injusta distribución de la riqueza devolviéndole la vista al dios ciego Pluto (“Riqueza”), para que éste, al ver, pueda encaminarse por sí solo hacia los decentes y honestos. Para que el plan utópico de Crémilo pueda llevarse a cabo, debe superar la oposición de la diosa Penía (“Pobreza”), que pretende demostrar que gracias a ella los hombres son mejores, en cuerpo y en espíritu: cuando son pobres, trabajan y son mesurados y leales a sus promesas. La argumentación sorprende por su lógica, pero en el mundo mágico e irracional de la utopía cómica esa lógica no cuenta. Penía termina expulsada para que todos puedan enriquecerse, luego de que Pluto recupera la vista gracias a Asclepio, dios de la Medicina. El dios de la Riqueza terminará siendo transportado a la Acrópolis, donde se guardaban los tesoros de Atenas.
Con su denuncia de la injusta distribución de la riqueza, expone una preocupación de índole social que refleja una circunstancia no privativa de su época.