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La fiesta de cumpleaños. La habitación. Un leve dolor

La habitación (1957) es para muchos la mejor obra del primer Pinter. Su brevedad va aferrada a su precisión. Rose y Bert alquilan una habitación. A ella le gustaría que fuera el refugio donde el pasado –informe y huidizo como las palabras– no pudiera alcanzarla. Un leve dolor (1958) ahonda con elegancia y desparpajo en los prejuicios de la pequeña burguesía. Edward y Flora desayunan apaciblemente. Un vendedor de fósforos, como un cordero extraviado, se instala en su jardín. Su mudez desata el derrumbe.