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Del espíritu de las leyes

Sorprende que un libro de derecho e historia, que incursiona en la economía, la antropología empírica y que incluye observaciones sobre la influencia del clima en las costumbres, haya alcanzado un sitio de privilegio entre los textos paradigmáticos de la cultura francesa, al punto de convertirse en un clásico ineludible al mencionar las obras que marcan una época. El caso es que muchos de los postulados contenidos en Del espíritu de las leyes continúan vigentes en todo el mundo occidental, después de más de dos siglos y medio. La obra es –por otra parte– una especie de enciclopedia que abarca, de manera erudita, minuciosa y didáctica, una variedad de temas que superan los marcos del derecho político y la convierten en un muestrario de las múltiples lecturas y la excelente pluma de su autor, que logra mantener el interés de los temas tratados en un fresco de donde no está ausente el humor de un temible polemista.
Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu, nació el 18 de enero de 1689 en el castillo de La Brède, cerca de Burdeos, y murió en París, el 10 de febrero de 1755. Fue sepultado en la iglesia de Saint-Sulpice. Su tumba resultó destruida por las turbas revolucionarias que violaron sepulcros de la iglesia, que guardaba los restos de muchos nobles, entre ellos el autor del Espíritu de las leyes, desconociendo que éste era uno de los que habían preparado el advenimiento de la Revolución.