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Cuentos fantásticos rusos del SIGLO XIX

En 1825 Antoni Pogorelski publica “La vendedora de galletas de Lafértovo”, su primer relato e inicio de la narrativa fantástica rusa. Ese mismo año Nicolás I asume el poder en el Imperio ruso, y Alexander Pushkin con Eugenio Oneguin da un fuerte impulso a su literatura. Estamos en los albores del romanticismo y del enfrentamiento entre eslavófilos e intelectuales occidentalistas; también ante las compuertas de la gran novela moderna rusa, con Gógol, Dostoievski, Tólstoi y otros de los escritores más notables del siglo XIX. En 1845, veinte años después se publica Shtoss, relato incompleto de Mijaíl Lérmontov, el gran poeta romántico y autor de la célebre novela Un héroe de nuestro tiempo.

Durante el lapso que delimitan ambos relatos, el de Pogorelski y el de Lérmontov, numerosos escritores y traductores rusos se fueron apropiando de la literatura gótica y fantástica proveniente de Europa occidental, asimilándola, parodiándola y confiriéndole esos rasgos que habrían de ser la marca imborrable de la gran literatura rusa.