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Cuentos

Estos celebérrimos relatos comenzaron a publicarse en 1835. En su mayoría fueron tomados de cuentos populares que Andersen había escuchado en su infancia en Odense y que supo reproducir con tonos sencillos de gusto popular y, al mismo tiempo, estilísticamente refinados (“El pequeño Claus y el gran Claus”, “El porquerizo”); otros, de leyendas, y, algunos más, como “Las nuevas ropas del emperador” proceden de fuentes literarias. 

Varios provienen de su imaginación, y sus motivos son las flores, las plantas y los árboles, como “Pulgarcito”, los animales como “EL patito feo”, o cosas como “El soldadito de plomo”. El estilo llano del autor hace fáciles y claros a estos cuentos, definitivamente su obra más feliz y popular. 

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