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Cándido

En esta célebre fantasía filosófica, el joven Cándido, discípulo del doctor Pangloss —a su vez discípulo de Leibniz, filósofo del optimismo— sufre el infortunio de creer que el nuestro “es el mejor de todos los mundos posibles”. Tras numerosas desventuras, se retira junto a sus compañeros a orillas de la Propóntide, en donde descubre que el secreto de la felicidad reside en “cultivar nuestro huerto”.

Una fábula perfecta que adquiere un tono profético en esta traducción, de prosa diáfana, de María Teresa León (1903-1988).