El valor vivo de Federico García Lorca, su raro acierto, está en la reinvención de un estilo dramático y en la manera como, superando toda atadura, cualquier localismo geográfico, eleva la acción trágica a un plano universal. Lo primero se advierte en el modo verbal, o en el habla de los personajes, en la frescura e imaginismo de los diálogos.
García Lorca, Federico
Prólogo y notas de Luis Martínez Cuitiño
Comprar